Caminatas por la noche en Sydney

Tengo la impresión y la idea de que el hombre siempre se ha sentido atraido a las estrellas de la noche, a la luna y al fuego por la protección que durante miles de años nos ha brindado esta luz y este calor, casi estoy seguro que se volvió algo genético, lo cual no voy a investigar ahora ni entrar en detalle. Es por eso que volteamos al cielo en una noche estrellada, o que admiramos la luna, o que nos sentamos alrededor de una fogata en la noche y nos perdemos en el serpenteo de las flamas durante horas.

La noche es algo que no disfrutamos del todo porque desde pequeños somos condicionados (no precisamente intencionalmente) a relacionarla con elementos negativos, llamese espiritus malignos, fantasmas, robos, asaltos, borrachos, vagabundos, etcétera. He viajado en el último tren que sale de KingsCross a Central, el de las 12:00 que solo toman los despistados(as), los alcoholicos(as) que gastaron su dinero en apuestas (problema común en la ciudad) y los estudiantes que necesitan ahorrarlo. He tenido la oportunidad de caminar de noche por la ciudad, entre semana, cuando no hay nadie en la calle mas que los vagabundos que piensan que van acompañados o que conversan consigo mismos, en una de esas noches en que tus manos buscan inutilmente el cobijo de los delgados bosillos de tus levis' viejos, en Pyrmont se ve la luna a través de las ramas secas de los arboles, y las luces de los parques alineadas pareciendo no tener fin, me hacen pensar en esa tranquilidad que nuestros antepasados sentían en las noches despejadas, cuando la luna y las estrellas alcanzaban a iluminar la oscura estepa y ellos no hablaban, solo se observaban y murmuraban y balbuceaban sonidos que probablemente evolucionarian en un lenguaje, y creo que de vez en cuando, solo de vez en cuando, uno que otro despistado... caminaba en la noche.

 Pronto, empezaré a tomar mis propias fotos.