viernes, 12 de octubre de 2012

Esa caja negra que altera nuestra vida

Muchas cosas han pasado desde la última vez que escribí, en fin, voy a disparar conforme las palabras salen de mi cabeza, después con mas calma ya corregiré un poco la estructura.

Creo y/o pienso que a veces enfocamos nuestra perspectiva de la vida en torno a lo que hacemos o en lo que trabajamos, por lo que automáticamente todo lo que hacemos y somos se ve directamente relacionado con la manera en que nos ganamos la vida, soy ingeniero, soy analista, soy abogado, soy barista, soy barrendero, trabajo aquí, trabajo allá... Hemos sido tan profundamente absorbidos por este enfoque, que cuando hablamos de la palabra experiencia, solo pensamos en la experiencia laboral o en las experiencias que podemos tener en las vacaciones cuando no estamos laborando. Pero entonces, como dicen en mi tierra: pregúntome yo, ¿Qué es una experiencia de vida? Tal vez deba parafrasear un poco y ponerlo de esta manera; ¿Cuáles son las experiencias que voy a recordar cuando la piel por fin deje de ser firme y flexible a la vez, o cuando me empiece a gustar el anís, el te de manzanilla y solo pueda tomar un par de vasos de rompope antes de quedarme dormido en navidad? Cuando el tiempo nos alcance (ley inmutable de la naturaleza), ¿cómo voy a auditar mi vida, cómo diseñar el quality-check de la misma? ¿Basado en que principios, valores o parámetros?

Recién, platicando con mi housemate, un tipo llamado Christopher, Yorkshire, Inglaterra, de mi edad mas o menos, (no recuerdo donde lo vió/leió) me decía que la sociedad y en especifico las nuevas generaciones están perdiendo el sentido de la realidad debido a la televisión y los falsos conceptos que ésta nos inculca. Sin adentrarme en el tema de la pantalla grande, tenemos por un lado, desde las realidades ficticias y vidas soñadas de las telenovelas (soap-ops) hasta las vidas perfectamente disfuncionales del sueño americano en Modern Family (excelente show por cierto). Por otro lado el drama sobre-exagerado de los reality-shows con situaciones que en nuestras vidas ordinarias consideraríamos normales y aburridas. Creo que efectivamente esto ha impactado en nuestras vidas, y es que cuando vives (como yo lo hice) en una casa de cinco cuartos, ocho personas de distintas nacionalidades, con distintos antecedentes, carreras, mismas edades, sumado a una adicción de algunos de estos miembros a los programas basura, la diversión aumenta, pero el potencial para una situación dramática aumenta exponencialmente. Risas, abrazos, historias, cerveza, lágrimas, mas abrazos, gritos y peleas pueden suceder en el transcurso de una semana, semana que se vuelve larga e interminable.



Ahora miro atrás a ese mes y medio que pase en esa casa de locos y aunque todos eramos unos personajes y el glamour ocupaba el ultimo lugar en nuestras preocupaciones, de vez en cuando me aparezco por ahí a cenar, beber y platicar; y disfruto sabiendo que aprendí de la experiencia y que tengo tres cosas nuevas en mi andar; nuevos amigos, nuevas historias y un check más en mi lista cambiante de "Been there, done that".

Conclusión, la televisión actual afecta nuestra manera de ver la realidad, el mundo tiene 6.79 billones de habitantes, el universo (observable) tiene 300,000,000,000,000,000,000,000 estrellas. Creo que hay cosas mas importantes que "La voz de México".

Los dejo con tres excelentes videos de un tal Rick Mereki, los recomiendo altamente.


Buenas noches.